domingo, noviembre 02, 2008

TEATRO INESTABLE. PARTE 1

Entrevista de Javier M. Tarín.
Jacobo Pallarés/ Maribel Bayona

¿Cómo surge el proyecto y la necesidad de ponerlo en marcha? ¿Quiénes sois?

Espacio Inestable lo formamos un colectivo de personas cuyo germen nació en la Facultad de Filología y el teatro universitario y que con el tiempo, nos hemos ido especializando en diferentes facetas del hecho teatral. Es decir, somos autores, directores, actores o escenógrafos.
Aunque como grupo teatral ya llevábamos una larga andadura en el teatro universitario, la sala la abrimos en el 2003 y contamos con cuatro temporadas programando y produciendo espectáculos.
Nuestra primera motivación fue seguir teniendo la posibilidad de investigar y crear nuestros espectáculos una vez nos desligamos de la universidad. Por otra parte, nos pareció importante compartir ese espacio con otras personas que tuvieran proyectos que ofrecer y mostrar, y de ahí surgió la necesidad de establecernos como sala de exhibición y centro de creación.

¿Cómo os financiáis?

El proyecto comenzó a partir de una iniciativa privada, lo autofinanciamos los propios miembros del colectivo. Con el tiempo, el mismo proyecto va generando sus propios beneficios, que si bien no cubren la totalidad de sus necesidades, al menos ayudan. También recibimos subvenciones de las instituciones públicas que poco a poco han ido reconociendo nuestra labor y posibilitando un crecimiento equilibrado.

¿De qué forma se crea la programación del espacio?

En un primer momento nos planteamos el objetivo de cubrir un espacio del que, debido a nuestra experiencia, sabíamos que ninguna de las salas del panorama teatral valenciano se ocupaba. Así que dimos entrada a compañías jóvenes, recién creadas, pero con mucho que decir e investigar, que debido a los medios y a las posibilidades se movían entre el amateurismo y la profesionalidad. Algunas de esas compañías han ido creciendo junto al proyecto y actualmente ya pertenecen al panorama profesional. Nos parecía importante cubrir ese hueco, porque ese hueco es germen y porque creemos que hay que dar opciones a la cantera, a la gente joven, a proyectos nuevos para que el teatro valenciano crezca y se renueve.
Actualmente, hemos crecido como colectivo y como proyecto. Esto nos posibilita la opción de contar con compañías profesionales, aunque siempre hay un espacio para las compañías jóvenes. Respecto a las compañías profesionales que nos interesan, creemos en los lenguajes contemporáneos, de investigación y riesgo.

¿Por qué crees que han surgido varias salas en la ciudad de este tipo?¿Es posible la creación de una red de teatros independientes?

En Valencia los teatros independientes nacen por necesidad y como posicionamiento. Por un lado, abogan por un tipo de discurso tanto en lo artístico como en lo discursivo diferente del oficial y el comercial. Por otro lado y atendiendo a la política teatral valenciana, que es privada y exclusivista, es decir, trabajan pocos y siempre los mismos, nacen como necesidad de decir, hacer y exhibir con o sin la ayuda oficial. Los teatros independientes deben existir ya que crean riqueza y alternativas.
La red de teatros independientes ya existe. Existe a nivel nacional, donde están asociadas muchas salas de teatros alternativos que se intercambian proyectos y creaciones. Y existe también en la Comunidad Valenciana lo que se llama FETI (federación de espacios teatrales independientes), a la que Espacio Inestable pertenece junto a Carme Teatre, Catarastroteatro, Teatro Círculo, Columna rota. Nosotros entramos en el 2006 pero la FETI existe desde hace bastantes años. La FETI intenta aglutinar las salas privadas alternativas y luchar para conseguir un objetivo muy concreto: un lugar de reconocimiento en el panorama teatral valenciano.

¿Es el teatro un discurso válido de cambio social frente al discurso dominante del cine y la televisión?

Si se busca un cambio social es válido tanto el cine, como la televisión, como el teatro. Más fuerza tendrá la tele que el cine y el cine más que el teatro. Esto es obvio. A la televisión accede todo el mundo de forma gratuita. Llega a más gente. Pero la gente que ve la tele no espera que su primera función sea la de iniciar cambios, revoluciones (por lo menos en esta época que vivimos). Los objetivos prioritarios de la mayor parte del cine que se exhibe son el entretenimiento. En el teatro, también, cada vez hay más productos de entretenimiento, o al menos lo que llega a la mayoría de público es entretenimiento, (yo me imagino a ese gran público como a una persona enorme que ocupa dos butacas y media). En este sentido el teatro no tiene nada que hacer. Y mejor. Yo prefiero para entretenerme leer una novela, una obra de teatro, una película. El teatro fue más, es más, tiene que ser más. Otra cosa. Tiene que ser una jarra de agua fría para la conciencia, un revés a la normalidad, un desagrado al poder, un redescubrimiento de viejas y sorprendentes pasiones, ideales, cantos, luchas, revoluciones. El teatro es cercanía, es vida, es instantaneidad, es olor, es ruido, es silencio, es complicidad, es intimidad, es perplejidad, es ingenuidad, es despertar, es redescubrimiento, es verdad, es magia, es recuerdo, es conciencia, es lucha, es paz, es viaje, es posicionamiento. Sobre todo es posicionamiento y exclusivamente posicionamiento: artístico del creador y social del espectador. Hay una visión, un lugar crítico desde donde el espectador contempla y reflexiona críticamente. Busquen el sentido crítico comiendo palomitas, chicle, bebiendo coca-cola de litro, escuchando al vecino moverse, andar, hablar por el móvil; busquen esa visión crítica en teatros que no voy a nombrar, en los grandes musicales, en los grandes espectáculos y en muchos medianos, pequeños…El teatro es todos los atributos señalados y que se dan a la vez.

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